No renunciamos a transformar la sociedad cambiando algo del mundo. Somos responsables de lo que acontece hoy y se nos confían personas, situaciones y acontecimientos que esperan de nuestra capacidad para actuar siguiendo los pasos de Jesús de Nazareth.

El mes de mayo es el mes en el que los católicos rezamos de una manera más especial a nuestra querida Madre, la Virgen. A Ella, como Iglesia, nos dirigimos para pedir los dones de la unidad, de la paz y de la concordia como un solo pueblo de Dios.

Siguiendo a María, ejemplo de solidaridad y compasión, que intercede por nosotros cada día y nos ayuda en todo lo que necesitamos, hemos dado un sentido solidario al mes de mayo a través de dos acciones solidarias.

Las familias pudieron colaborar aportando algún producto de primera necesidad no perecedero. Nos propusimos aliviar la situación de necesidad en la que se encuentran muchas personas con nuestro granito de arena. El destino fue el Centro Integral San Vicente de Paúl (Hijas de la Caridad).

Además, hubo aportaciones económicas con destino: UCRANIA, para ayudar a las comunidades de hermanas que están trabajando allí.

En el mes de febrero, toda la Comunidad Educativa nos unimos a la Campaña contra el hambre que lleva a cabo Manos Unidas. En esta ocasión, nuestros donativos se destinaron a la reinserción de menores en situación de riesgo, calle y prisión, en Camerún.

Pretendemos evitar que el muro de la indiferencia y la desigualdad condenen al olvido a los más empobrecidos y hambrientos. Por eso, este año, hemos participado en la iniciativa solidaria “Dis-fruta ayu-dando”, una propuesta que hemos lanzado que consiste en la adquisición de una pieza de fruta a cambio de un donativo de 2€ mínimo.